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La Piramide

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PIRAMIDES

El nombre de pirámide parece provenir del griego pur que se pronunciaba pyr que significa “fuego, calor o luz” y amid que significa “en el centro”. Según Gerald Massey en su libro Ancient Egypt: The Light of the World, la palabra pyramis se refiere a las diez medidas o arcos que trazaba el dios del fuego, o sea el Sol, en su recorrido a través del círculo zodiacal. Como las Grandes Pirámides de Giseh, entre otras, al parecer fueron construidas con arreglo a medidas siderales, la teoría es bastante plausible.

La controversia sobre el origen de la palabra “pirámide” es algo de importancia secundaria, en comparación con los enfrentamientos que suscita el problema de la finalidad a que se destinaban las mismas. Los egiptólogos afirman que las pirámides eran tumbas; los arqueólogos peruanos y los estudiosos de Centroamérica dicen que servían como templos. Y ahora, algunos piramidólogos sostienen que las pirámides eran, muy posiblemente, resonadores o acumuladores de energía.

Desde la más remota antigüedad, existe una pirámide que ha admirado al mundo: la Gran Pirámide de Keops, llamada por los egipcios “Al Ahraum,” o sea, La Luz. Fue considerada por los griegos una de las siete maravillas del mundo. Su altura es de 148 metros y el cuadrado de su altura es exactamente igual a la superficie de cada una de sus caras. Esta altura multiplicada por 109 es igual a la distancia media de la Tierra al Sol, distancia que sólo pudo calcularse a comienzos del siglo XX. El perímetro total de la base es de 931,22 metros. Si dividimos este número por dos veces su altura, que cuando se construyó era de 148,208 metros, nos sorprenderá el hallazgo del resultado: Pi = 3,1416.1

ZONA ARQUEOLOGICA DE TEOTIHUACAN

Orígenes de su nombre

(náhuatl: Teōtihuácān, «Lugar donde fueron hechos los dioses; ciudad de los dioses») es el nombre que se da a la que fue una de las mayores ciudades de Mesoamérica durante la época prehispánica.

Para los pueblos que precedieron a Teotihuacan, este  sitio tuvo un significado preponderantemente sagrado. Varias fuentes históricas señalan que los aztecas y sus gobernantes llegaron a estas ruinas para orar y celebrar ritos. Posteriormente Teotihuacan fue punto de referencia desde el comienzo de la ocupación española; y en la actualidad es reconocida como uno de los testimonios más sobresalientes del urbanismo antiguo y el desarrollo estatal, por lo que es objeto de interés para investigadores de México y el mundo, que a través de distintas disciplinas científicas continúan explorando su complejidad.

Los vestigios arqueológicos de la antigua ciudad son visitados cada año por miles de personas, haciendo del sitio uno de los mayores polos de atracción turística del país.

Teotihuacan es el sitio más explorado de Mesoamérica, ya que los primeros trabajos con fines de investigación datan del siglo XVIII, cuando Don Carlos de Sigüenza y Góngora exploró el edificio adosado a la Pirámide de la Luna. A finales del siglo XIX, bajo la figura de la Inspección General de Monumentos de la República, Don Leopoldo Batres y Huerta realiza exploraciones en diversos edificios aledaños a la Calzada de los Muertos, descubriendo murales y esculturas, y en 1905 emprendió trabajos en la Pirámide del Sol, bajo los auspicios del gobierno de Porfirio Díaz, para la conmemoración del Primer Centenario de la Independencia del país, impulsando el desarrollo de las disciplinas antropológicas.  A partir de la intervención de la Pirámide del Sol se adquirieron terrenos  por parte del gobierno federal para la apertura oficial de la primera zona arqueológica y museo de sitio de México.

Cada año se reúnen miles de personas a recibir energía en el equinoccio de primavera.

PROPIEDADES CURATIVAS DE LAS PIRAMIDES

El redescubrimiento de las extraordinarias propiedades de la forma piramidal se debe al radietesista francés Antoine Bovis quien logró reproducir en su laboratorio la momificación de pequeños animales muertos e introducidos en pequeñas pirámides hechas a escala de la Gran Pirámide de Keops. Durante sus investigaciones en las pirámides de Egipto, Bovis observó que los animales casualmente introducidos en las pirámides y morían allí, se momificaban espontáneamente por el solo hecho de permanecer el cadáver en el interior de la pirámide.

Las misteriosas propiedades de la forma piramidal son ahora muy conocidas por el público en general. Por medio de experimentación se ha descubierto que la forma piramidal tiene efectos extraordinarios en el medio orgánico. Se encontró que modifica la carne y otros alimentos inhibiendo la putrefacción, que mejora el sabor de los alimentos y los cigarros, que añeja los vinos y otras bebidas, incrementa el lapso de vida de animales pequeños, mejora la proporción de crecimiento de las plantas, aumenta el estado de meditación, etc.

También en el medio inorgánico se han observado curiosas propiedades de la energía piramidal: mantiene las navajas de afeitar sin desafilarse, conserva mejor las varillas de soldar, recupera los discos de computación descompuestos, etc.

Las propiedades curativas de las pirámides son conocidas también de antaño. Belizal, citado por Flanagan, escribió en su libro Ondas de Forma, que los antiguos egipcios utilizaban un número de formas, incluyendo la pirámide, como fuentes de energía curativa. Él llamó a esta energía “Rayo Verde Negativo” y declaró que este rayo podía utilizarse para la curación de procesos inflamatorios, heridas y abscesos, entre otras cosas.

La aplicación de la energía piramidal en la esfera de la salud está basada en el restablecimiento del balance energético de la persona enferma, mediante el suministro de energía vital según su necesidad. Este suministro energético se efectúa a partir de la energía concentrada en el centro de la pirámide. De esta forma, se han obtenido resultados positivos en patologías de muy variados sistemas utilizando el método directo de exposición en la pirámide o indirecto como con el agua piramidal. Consideramos que la esencia de la energía piramidal es magnética, o sea, un campo de fuerzas originado por la energía electromagnética en movimiento.

La vida en sí misma, es también un fenómeno electromagnético. Cada átomo de cualquier sustancia constituye un diminuto imán, con su correspondiente campo magnético, generado por sus componentes eléctricos; por lo tanto, al estar compuestas de átomos, como toda la materia, las células también tienen sus propios componentes eléctricos.

Considerando esta función, vemos que es posible que un grupo de células vibre a una cierta frecuencia cuando gozan de buena salud, pero cuando esta frecuencia se ve perturbada por alguna razón, se produce un estado de enfermedad. O sea, que pudiéramos concluir que los signos y síntomas de una enfermedad no son otra cosa que las manifestaciones externas del desequilibrio en el flujo energético del organismo.

De no ser por la actividad eléctrica de los músculos cardíacos, la corteza cerebral y los músculos estructurales, jamás podrían haberse desarrollado los electrocardiogramas, electroencefalogramas y los electromiogramas.

Consideramos que la esencia de la energía piramidal es magnética, o sea, un campo de fuerzas originado por la energía electromagnética en movimiento.

¿Por qué la pirámide tiene que estar orientada hacia el eje Norte-Sur magnético de la Tierra? De hecho, si no se orienta en esta forma no se obtiene ningún resultado. O sea, que la forma piramidal es importante, pero su orientación es fundamental y esta orientación es, precisamente, hacia el eje magnético de la Tierra.

En la naturaleza cada ser vivo está sujeto a la influencia del campo magnético, incluso se ha llegado a plantear que “la energía magnética es la energía elemental de la cual depende la vida del organismo”.

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